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El sitio arqueológico de Kotosh se encuentra ubicado en el departamento de Huánuco. Durante las excavaciones en el año de 1960 la misión japonesa dirigida por el Dr. Seiichi Izumi halló una superposición de templos, en uno de ellos se encontraron dos esculturas dispuesta en las paredes que darán el nombre al templo “Manos cruzadas” y que representan las evidencias más antiguas de relieves en barro modelado de la sierra del Perú, cuya antigüedad data entre los 2200 a.C. a 1500 a.C. Las construcciones en Kotosh se relacionan con actividades de carácter religioso.
En la imagen se puede observar una punta tallada en cuarzo, material inusualmente usado para la elaboración de este tipo de puntas, debido a la dificultad para la talla, lo que demuestra la gran destreza del artesano que la elaboró. Según recientes investigaciones la confección de una punta pudo haber tomado siete horas siendo la fase de los retoques la más laboriosa por la delicadeza de la pieza.
El Complejo de Paiján (11200 a 7000 a.C.), contiene una de las tecnologías líticas más antiguas y sofisticadas del Perú y América como la elaboración de esta herramienta bifacial.
Este pequeño vaso de piedra posiblemente ha sido tallado en roca volcánica basal y local. Presenta diseños escalonados en bajo relieve, figuras asociadas a la iconografía del Periodo Inicial. Procede de una tumba del sitio arqueológico de La Galgada (Ancash), la pieza se asocia al entierro de una mujer adulta, excavación que fue realizada por los arqueólogos Terence Grieder y Alberto Bueno, con dataciones que arrojaron una antigüedad aproximada de 2900 años a.C , periodo en el que los grupos humanos tenían dominio de la agricultura.
En esta pieza podemos apreciar a un ser antropomorfo que porta un báculo en cada mano, conocido como el “Dios de las Varas”, y que fue un recurrente personaje que se incorporó en textiles (Carva), litoesculturas (Pucará y Tiahunaco), y piezas cerámicas (Carva, Pucará, Paracas, Nazca y Huari).
Este ser de forma humana y en posición de frente y de pie, porta en cada mano un cactus Trichocereus (nombre vulgar: san pedro) como báculo. Sus pupilas excéntricas posiblemente se deben al consumo de psicoactivos como el san pedro. Puede observarse en la divinidad atributos felínicos (colmillos), serpentiformes (cabellos, cinto y varas) y de aves (garras y garfios). La cabellera y tocado ocupan los dos tercios del personaje y, están compuestos por volutas y serpientes, que a su vez forman una serie de rostros humanos, nuevamente con colmillos.
Para alcanzar el notable trabajo en planorrelieve debieron emplear técnicas como el tallado, el piqueteado, la escisión, la incisión y finalmente la abrasión. La información, destreza y simetría, que plasmaron los artesanos de los Andes en esta pieza única. Esta pieza emblemática del arte lítico Chavín y del patrimonio cultural peruano, fue adquirida para el Museo Nacional (MNAAHP) en 1873 por orden del entonces presidente de la República Manuel Pardo y Lavalle.
Zun de Filigrana de Cloisonné con Forma de Pato Silvestre - Recipiente de Licor
Dinastía Qing (1644 DC-1911 DC)
Coleccionado por el Museo del Palacio
Esta figura en forma de pato se encuentra de pie con su cola curvada, su cuerpo es cubierto de cloisonné verde y sobre éste plumas a filigrana, posee garras doradas y una cola curvada cincelada, en su espalda se abre un hueco circular donde está un Zun ovalado.